Dame la libertad del agua de los mares Dame la libertad de la tormenta Dame la libertad de la tierra misma Dame la libertad de la tormenta Dame la libertad del aire Dame la libertad de los pájaros de las marismas Vagadores de las sendas nunca vistas De noche mi corazón conmigo mismo pelea Si eso no es mal vivir, que venga Dios y lo vea Al moro me fui a buscarte, en tu casa me metí Y ahora que estamos juntitos, a ver quién me aparta a mi Dame la libertad del agua de los mares Dame la libertad de la tormenta Dame la libertad de la tierra misma Dame la libertad del aire Dame la libertad de los pájaros de las marismas Vagadores de las sendas nunca vistas Unos le rezan a Dios y otros le rezan a Alá Y hay quién se quea callao que es su forma de rezar A ver si llega la hora, a ver si tú te das cuenta Que lo que está bien predio, ni se busca ni se encuentra Dame la libertad del agua de los mares Dame la libertad de la tormenta Dame la libertad de la tierra misma Dame la libertad del aire Dame la libertad de los pájaros de las marismas Varaderos de las sendas nunca vistas
Prepara tu sustancia preferida para relajarte y abrir la mente, una buena infusión es suficiente.
Luego prepara un buen sillón y si eres de pijama, tu confortable cama; puedes leer mientras oyes, pero es preferible escuchar sin distracciones, aun sabiendo que acabarás dormido o dormitando.
No te preocupes el propio disco te despertará sin sobresaltos cuando esté acabando.
En definitiva, harás un viaje en tren por la noche, acompañad@ de Brian Eno, unos monjes tibetanos, Evis Presley o Fleetwood Mac, junto a un detalle sonoro de uno de los discos de Pink Floid.
Deprimido y furioso por no lograr publicar, el microcuentista Sucinto Gómez, se buscó un enemigo de envergadura. Nadie medra sin hacerse enemigos, pensó. Y la emprendió contra los voluminosos libros que abarrotaban el mercado. Contra esos modernos testigos inútiles de la anodina época actual y contra sus no menos ...Seguir leyendo