domingo, 28 de agosto de 2011

Decisiones drásticas.

Hay días en los que cuando amanece e intentas levantarte de la cama, sientes la boca seca y el pecho oprimido por un suave dolor.
Tienes dificultades para que el oxígeno llegue a tus pulmones y notas que la atmósfera de la habitación está demasiado cargada; incluso cuando enciendes la luz de tu mesilla, parece que te rodea una neblina muy difuminada que te provoca picor en los ojos.
De repente, te doblas sobre ti mismo tumbado en la cama empapado en un sudor frío.
Necesitas beber agua con urgencia porque te atragantas y la tos se reproduce de forma convulsiva.
En ese momento te das cuenta de que tienes algo viscoso que recubre tu faringe y tu traquea llegando hasta los pulmones
Es lo que me ha pasado a mí estos días cada vez que me levantaba.
Hoy por fin he tomado una decisión. Me he levantado y después de beber un café con leche me he tomado un mucolítico.  






       ¡Tengo un catarro que me muero!

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