Antes de acostarse Iñaki se asoma a observar la gran ciudad, un monstruo de miles de ojos amarillos, amenazantes, como de cocodrilos a la espera. Mientras el frío le hace tiritar y fumar sin cigarro el viento helado de la noche, mira atento las ventanas iluminadas. En sus pupilas se adivinan siluetas, sombras de otras vidas. Iñaki bosteza cansado frente a la montaña, una sábana nevada que arropa un sinfín de cocodrilos vencidos por el sueño. Uno de ellos acaba de guiñar un ojo. Buenas noches, Iñaki.
ResponderEliminar
Antes de acostarse Iñaki se asoma a observar la gran ciudad, un monstruo de miles de ojos amarillos, amenazantes, como de cocodrilos a la espera. Mientras el frío le hace tiritar y fumar sin cigarro el viento helado de la noche, mira atento las ventanas iluminadas. En sus pupilas se adivinan siluetas, sombras de otras vidas. Iñaki bosteza cansado frente a la montaña, una sábana nevada que arropa un sinfín cocodrilos vencidos por el sueño. Uno de ellos acaba de guiñar un ojo. Buenas noches, Iñaki.
ResponderEliminar